GLORIA PINTADO
FUNERAL
Dr.
Abdón Moreno García
Estimados amigos:
Cuando bien conmigo pienso, reconozco que lo mejor para
este día es que resuene entre nosotros la palabra de Dios, que siempre llega
hasta nosotros como espada de doble filo
que penetra las entrañas. Permitidme que dedique esta homilía a los nietos de
Gloria, que tienen la obligación leal de
prolongar su rostro sobre sus propios hijos. Los más pequeños tienen derecho a
saber quién era su bisabuela, y a encontrarse con gratitud con sus propias
raíces. ¡No se lo neguéis!
Paloma y María; Jose, Eduardo, David y Alejandro; Ara;
Sergio y Mario, para vosotros la eterna juventud de la Palabra de Dios, siempre
viva y operante, siempre fresca y sanadora, su señorío nunca vuelve sin haber dado
fruto. La Etimasia oriental (La
Biblia sentada sobre la sede episcopal), nos da fe de su imperio.
1.- La señoría de la palabra de Dios
"El
que cree en mí aunque haya muerto vivirá para siempre". Unimos a este
texto el logion lucano: "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en
tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por
el camino de la paz" (Lc 1,77).
Hoy nosotros vivimos en tinieblas y en sombras de muerte.
La triste espadaña de la muerte, la
hermana muerte -diría el de Asis- se ha llevado a Gloria a sus 99 años, y
Sta Marina ha perdido uno de sus personajes más típicos; justo por eso hoy se
siente más pobre, más aturdida, y más
desmayada. Y también todos nosotros, familiares y amigos tenemos el desgarro de
su ausencia.
Para esta herida desgarrada le pido ayuda al Salmista, tan
experto en todo lo humano, Dominus illuminatio mea et salus mea quem timebo?
(El señor es mi luz y mi salvación, ¿a quien temeré?). Es verdad que la
luz viene de la herida como diría el gran poeta José Ángel Valente, y
explicaría mejor María Zambrano. Y es que no hay duda, cuando un hombre llora
tiene los ojos más limpios, cuando un hombre sufre se hace más bueno. Nunca
vuelve uno igual de la crisis: o se vuelve más loco, o se vuelve más bueno. No
hay otra salida. Por ello el propio modo de temblar ante la vida hunde sus
raíces para entenderse en la certeza bíblica: "El Señor es la defensa de
mi vida, ¿Quién me hará temblar?
Gloria, con el profeta Isaías quiero decirte:
"Dichosos los pies del mensajero que anuncia la paz". Tú fuiste
"un manantial cuya vena nunca engaña". Siempre directa, clara,
mirando de frente, una mujer libre que siempre regala su lealtad.
Amigos, la muerte siempre nos desconcierta, nos aturde, nos
sacude las hojas secas que hemos acumulado en el camino de la vida, por eso
toda muerte tiene algo de resurrección inherente a su propio dinamismo, como un
alambique interior que redime y transforma a partes iguales. Justo ahí radica
la habitud del hombre renacentista que necesita pensar en cada uno de sus días
como si fuese el último de la misma. Esa misma costumbre se habilita en la
tradición oriental que tiende siempre a controlar las emociones, en este aforismo:"Si me voy a morir mañana, todavía me da tiempo de plantar
un árbol hoy".
¡Que más desea el hombre del desierto que encontrar un pozo
y una sombra! plantar árboles es generar sombras que agraden las esquinas de la
historia, No sembramos en un erial, el mundo -sépalo o no- está agraciado, está
lleno de belleza y gracia, desde que el Resucitado lo ha bañado con su sangre.
Las túnicas blancas del Apocalipsis están bañadas con la sangre del Cordero:
Hemos nacido nunca para la muerte, siempre para la Gloria. Todo hombre tiene
vocación de eternidad, ¡Se resiste a extinguirse!
2.- Agradecimiento a los médicos
No podía pasar este
funeral de Gloria sin agradecer de corazón, en nombre de la familia y de sus amigos, la compañía
leal y discreta, pero siempre generosa, de cuatro médicos:
* Gracias a Isabel
Arrobas, que en los últimos días la ha atendido, siempre generosa con su
tiempo, y con una ternura infinita.
* Gracias a D.
Francisco García de la Llana, siempre prudente y disponible a bajar de su casa
y atender a Gloria desde hace muchos años.
*Gracias a D. Carlos
Domínguez, catedrático de urología, el castellano puro, el amigo fiel y leal
siempre cercano a Eduardo y a su madre.
* Gracias al Jefe de
medicina interna del Infanta Cristina
durante 40 años, y Decano y orgullo de nuestra facultad de medicina durante
muchos años, D. Pedro Bureo. Anoche me pasó un mail con un texto de Netnagel,
el gran interista europeo: "Tan solo un
hombre bueno, puede ser un buen médico". Vosotros, sin duda, habéis
sido buenos médicos porque sois buenos.
A la postre, gracias a
Corona y a todo el personal sanitario, a las cuidadoras y a todos los que, en
los últimos meses, habéis estado cerca de Gloria.
3.- La madre de sus hijos
Gloria, la hermana
muerte te ha visitado y te lleva hoy de la mano de tu hijo Puchi, a unos nuevos
esponsales con el amor de tu vida: aquel gran arquitecto, Eduardo Escudero, que
te ayudó a plantar en las esquinas de la historia a 4 hijos fenomenales, a 4
árboles de nutrida copa que dan mucha sombra. ¡Qué gran mujer debió ser aquella
que educó a estos cuatro hijos!
* Eduardo, el hombre enamorado de la estética; el hombre bueno y generoso
que siempre juega limpio.
*José Luis, el ingeniero organizado que imitando a su padre, ha criado 4
hijos fenomenales. En estos últimos días, Dios te ha regalado ver estremecerse
a tu madre al oír el nombre de su marido y de su hijo Puchi. ¡No lo olvides
nunca!
*Puchi, el corazón de oro querido por todo Badajoz manifestado en el
Homenaje del López de Ayala. Ya está contigo de fiesta y música eterna. Seguro
que su guitarra suena mejor que nunca.
* Paco, el listo de la familia, sencillo y discreto, leal y sereno, como
todos los hombres grandes. Nada en tu vida es desmesura. Tu ajuar: un corazón
bueno y un mejor cerebro. ¡No es saldo escaso! Cada uno a su guisa: Saca lo
mejor de tu mismidad. Dios te ha dado mucho. ¡Hay de dónde tirar!
Gloria, qué bien te salió la aventura de la libertad y la
dignidad humana de tus 4 hijos. Hasta en eso fuiste la mujer más elegante de Badajoz. Gracias por
haber plantado estas 4 sombras. Viene ad hoc a mi memoria el texto de Bertol
Brecht: "¡Ay de aquellos que luchan y se esfuerzan toda la vida. Esos son
los imprescindible!".
4.- Gloria en el cielo
Seguro que harás una fiesta en el cielo con tu marido, y tu
hijo Puchi, y cómo no? con tu querida
hermana Chan, para hablarle a la Virgen de lo orgullosa que estás de tus hijos.
Termino este texto con el gran humanista Romano Guardini,
profesor en Munich. Nadie llenó nunca el Aula Magna de su famosa Universidad
como Guardini. Acudían a oírlo gentes de las mas diversas religiones. Era el
ilustrado más popular de Centroeuropa después de la II Guerra mundial con multitud de libros y
ensayos que devoraban los universitarios. Su libro más editado: "Quien no conoce a Dios, no
conoce al hombre", que yo me permito volver por el reverso: Quien
no cree en Dios no puede creer en el hombre. Quien no cree en Dios, no puede
hundir en la arena la espalda de la muerte. Quien no tiene razones para vivir,
no tiene razón para morir.
Cristo
ha resucitado, ha vencido a la cruz y la muerte.
El
que cree en él aunque haya muerto, vivirá para siempre:
¡El
Príncipe de la vida es nuestra victoria!
No hay comentarios:
Publicar un comentario