lunes, 2 de mayo de 2022

ANTE LA CRISIS: Matilde Parejo

 

ANTE LA CRISIS:  Siguiendo a Mario, a Pedro, a Agusti.... y ahora a Mati.

Hace pocos días planteamos un caso real: Se trata de un joven de 5º de Medicina, sumido en una crisis de gran formato, con varios intentos de suicidio. El está leyendo este Blog, y le está haciendo recuperar la esperanza perdida. Ante el inmenso respeto que  merece toda crisis, siempre he tenido muy claro que hacer de samaritanos que vendan las heridas del ser humano, es una de las tareas más nobles que se pueden hacer en este mundo y, más dignas todavía, si el vendaje se hace en silencio, sin que nadie sea testigo de ello.

Recuerdo con emoción una anécdota de 1985, en Jerusalén, cuando yo terminaba mi Tesis doctoral. Acababa de llegar, desde Turquía, el nuevo Embajador de España ante Israel y un día nos  invitó a los 4 doctorandos españoles un cocido madrileño, pues había recibido por valija diplomática todos los componentes del susodicho cocido. Él había sido durante 12 años Secretario General de la casa Real en los "Asuntos de S.M. la Reina doña Sofía" de la cual se mostraba gran admirador. Nos contó muchas anécdotas preciosas sobre nuestra Reina. Pero se clavó en mi alma de neófito diplomático una en particular: "Todas las mañanas a la siete en punto, sin fallar un solo día, bajaba Doña Sofía a nuestros despachos. Su pregunta siempre era: 

¿A QUIÉN PODEMOS AYUDAR HOY?

Desde ese día, en mi oración personal, después de rezar Laudes, yo también le pregunto a mi Rey: ......"Señor, a quién puedo ayudar  hoy?

Sabemos bien, que en la vida, muchas veces queremos ayudar pero no sanemos cómo hacerlo, E incluso, frecuentemente, nos sentimos impotentes. Cada día estoy más convencido que todo hombre lleva un diamante dentro, la cuestión está en que sepa descubrirlo, y no se canse nunca de tallarlo. Y en esa aventura fascinante, topamos siempre con el gran misterio de la libertad: Querer o  no querer descubrir el propio diamante; Querer  o no querer tallarlo cada día.

¿Tú quieres AYUDAR a este joven? Él está leyendo todo lo que escribáis sobre la CRISIS. Tienes dos posibilidades: La primera rezar por él. La segunda participar en el Blog:  bien a pie de página, o  bien con un Mail personal a:

franmoreno@hotmail.com

Hoy quiere participar en este foro, una doctora en Derecho, por tanto con una amplia visión jurídica sobre el tema, pero aquí quiere hablar solamente como un ser humano delante de un hombre herido. Y eso es lo único importante: 

La tradición del Mediterráneo de jugar al toro, fue recogida por los ostracas (tablillas de arcilla) mesopotámicos y por la tradición egipcia; por los pintores medievales y del Renacimiento, por Goya y Picasso. En ese juego siempre había una idea madre: Hay que saber torear la vida; es muy bueno tener un buen capote ante los diversos acontecimientos que la vida nos presenta. Valga esta foto, como un suspiro valiente ante las contrariedades: Siempre se dijo que una imagen vale más que mil palabras, ok?




Matilde Parejo:

 

Ante la realidad de un joven en crisis de gran formato, me acerco con temor y temblor,  con inmenso respeto. Sólo querría lanzar al  vuelo algunas ideas, querría imitar al Sembrador del evangelio que tira las semillas, por si alguna agarra.

Cicerón: “Scientiam do menti. Cordi virtutem” Ciencia a la mente, virtud al corazón.

Es el corazón de este joven el que se ha quedado sin valor para adquirir virtud, su mente tiene instrucción, pero su corazón aún no

¿Cómo almibarar su corazón? derramando poco a poco ternura que la recibirá por el oído, por la Palabra una y otra vez, ... una y otra vez, muy despacio, el caudal del almíbar de la palabra impregnará su corazón y lo empapará hasta que vaya adquiriendo confianza en sí mismo y entonces habrá que decirle: “Comienza a caminar, con valor, hacia las estrellas que brillan cada anochecer”.

“…Que ninguna cosa podría amarse ni odiarse si antes no se la conoce”. Leonardo da Vinci. Códice Atlántico.

Judith (Capítulo 8) nos recuerda como fueron probados nuestros padres para ver si verdaderamente servían a nuestro Dios. Aún en las más dolorosas tribulaciones, nunca se debe, nunca debemos de apagar la mecha, su mecha que ahora arde débilmente.

Desde el primer momento de su existencia en este mundo, Dios ha sostenido de la mano a este joven, lo ha formado y lo ha destinado a una vida que, a partir de ahora, debe ser una vida nueva, una vida de luz. Quizás ha permanecido callado durante mucho tiempo, ha guardado silencio y se ha contenido, quizás ahora debe gemir, por un tiempo, debe permitir gritar su dolor.

Pero las cosas antiguas, el pasado ya ha sucedido, ahora debe permitir que la Palabra sea su presente:

Isaías (Capítulo 42, 16):“Conduciré a los ciegos por un camino que ignoran, los guiaré por senderos desconocidos; cambiaré las tinieblas en luz delante de ellos y el suelo escarpado en una llanura. Estas son las cosas que haré y no dejaré de hacerlas”.

Ahora debe abrir los oídos y escuchar: Abrir el corazón a la LUZ.

Catalina de Aragón[1] ya apartada del trono, despojada del título de Reina en bastante soledad pues la acompañó a su confinamiento y aislamiento un reducido séquito personal escribió una hermosa carta a su hija María Tudor para infundirle ánimo ante las circunstancias tan difíciles para ambas: “Hija, (…) he oído noticias tales que si son verdad me doy cuenta de que ha llegado la hora en la que el Dios Todopoderoso os va a probar y me alegro mucho de ello porque confío en que os tratará con mucho amor. Os suplico que aceptéis su voluntad con un corazón alegre y estad segura de que, sin duda, no permitirá que perezcáis si tenéis cuidado de no ofenderle. Os ruego, mi buena hija que os ofrezcáis a Él. Si os viniera cualquier remordimiento, confesaos; limpiaos primero; observad sus mandamientos y guardadlos tan cerca de vos como su gracia lo haga posible así tenéis aseguradas las armas”.

No sabemos cuán cargada de emociones habrá sido la vida de este joven, aunque en ella con toda seguridad no habrá habido ofensa a Dios, por ello no va a perecer, Dios no lo permitirá, pero sí debe asegurar sus armas, pues debe de tener algunas… aún no está preparado para cambiar su vida, parece ser que ha dejado de tener anhelo por vivir, pero aún en estos momentos sí puede y debe desear como quiere que sea la carrera de su vida, está en el momento de “aprender a hacer” …

Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los hombres el anhelo por el mar”. Antoine de Saint-Exupéry.


Hasta aquí el texto de Mati. 

Observando este cuadro de Meléndez, -el mejor bodegonista de la pintura española, autor de la mayoría de bodegones del Palacio de Aranjuez- podemos observar un detalle muy curioso y original: La tajada del melón, esta partida, media dentro, media fuera. La metáfora viene al pelo, "Hay que abrir el melón" es una clásica locución lingüística castellana, para indicar que cuentes todo lo que te pasa, todo lo que llevas dentro y te preocupa o te hace sufrir. ¡Cuántas veces nos quedamos a medias al contar lo que nos pasa... Cuántas veces nuestra tajada está partida y nos quedamos a medio camino! y mucho peor...¡Cuántas veces la media tajada escondida termina pudriéndose, o hinchándose como un globo desmesurado que nos asfixia, por no haber tenido la valentía de sacarla a la luz...!

La conclusión es muy clara, ante cualquier tipo de crisis abrir el melón soluciona muchas cosas, entre otras a no perder el sentido de la realidad y, a saber definir los contornos precios de lo que  nos ocurre.



 

 

 

 

 

 



[1]  Mattingly, Garret: “Catalina de Aragón”. Palabra, 1998.

1 comentario:

  1. Matilde, me ha gustado mucho tu aportación al blog. Coincido contigo en que no habrá habido ofensa a Dios, ¿Cómo ofender al que es Puro Amor? Ciertamente "Dios no entregó a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él". En estos días las lecturas de los Hechos de los Apóstoles nos mencionan mucho el poder del "Nombre", de la invocación del nombre de Jesús. Así que es una invitación a todos los cansados y agobiados de acudir a Él. Como bien dices, lo ha formado y destinado a una vida nueva "todo lo hago nuevo". Creer en Él, en su Nombre, es tener la certeza de que nos ama incondicionalmente, un Amor que es gratuito ¡Qué difícil es asimilar que exista un Amor así, gratis! Pero es cierto.

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