sábado, 23 de marzo de 2019

BIBLIA-ESTÉTICA: Pedro VINTEÑO



                             


LEYENDO A Romano GUARDINI

Uno de los textos más luminosos sobre la relación Biblia / Estética fue el libro de Romano Guardini: Quien no conoce a Dios no conoce al hombre, un verdadero record editorial en Alemania. En el Seminario Metropolitano de Mérida-Badajoz, en 2019, impartimos un Seminario académico sobre dicha relación. Uno de los Papers realizado por mis alumnos se centró en el gran esteta de München: Romano GUARDINI. Uno de esos alumnos tiene algo  que deciros.

 

Pedro Vinteño López


Recensión al artículo sobre Romano Guardini escrito por el profesor D. Abdón Moreno. Paper del Seminario sobre Biblia y Estética durante el curso 2018-2019.
Guardini era muy popular en Europa. Muchas personas creyentes y no creyentes acudían a escucharlo los domingos en la Iglesia de San Luis. Profesor en la Universidad de Múnich, abarrotaba el aula magna cada vez que hablaba. Creyentes, agnósticos y ateos acudían a escuchar al maestro.
Nace en Verona en el año 1885 y muere en Múnich en 1968. Hijo de padre diplomático, su vida académica se desarrolló entre Múnich, Berlín y Tubinga.
Descubre que la vida cultural de occidente se veía desgarrada por falsos dilemas. ¿Hay que optar entre visión o razón o vida, ethos o logos, interioridad o exterioridad, subjetividad u objetividad? Ya él adivinó que si elegimos lo uno o lo otro nos condenamos a la soledad y a la miseria espiritual. La única actitud es fomentar la integración de estas vertientes esenciales del ser humano.
El hombre se desarrolla abriéndose a todas las realidades que en principio son distintas, y que pueden llegar a ser íntimas sin dejar de ser distintas.

-El hombre se realiza en el encuentro:

En la Edad Moderna, el hombre occidental cobra conciencia de su condición de sujeto, de ser autónomo. Una idea que se alarga hasta nuestros días.
El encuentro solo es posible entre ámbitos de la realidad; sugiere un tipo de realidad que actúa como un todo y que se compenetra con quien se entrega a ella. La vuelta a lo concreto no significa un alejamiento respecto a lo universal sino la búsqueda de lo supraindividual por la vía de las realidades singulares.
La categoría del encuentro es eminentemente personalista, porque en toda su labor se alienta la voluntad de desplegar al máximo la creatividad y lograr el pleno desarrollo personal. Toda vida implica relación con el ser viviente y con el medio.
Muchas obras suyas incluyen en su título el sustantivo vida y el adjetivo viviente. Ello no significa adhesión a la corriente vitalista sino el afán de marcar distancias entre el objetivismo y el subjetivismo, pues por la vida humana no es ni una cosa ni otra, sino relacional-creadora. EL hombre es una persona que toma distancia frente a las demás realidades e instaura con ellas relaciones de encuentro.

A.- El carácter verbal de la persona:

Toda la realidad vista en un contexto de vida creadora de vínculos, aparece como el punto de confluencia de diversas realidades que se juntan. La palabra es el verbo y el medio en que nos fundamos en nuestra mismidad más honda: redescubrirse como imagen y  semejanza de Dios.
Guardini asume que el cuerpo es la palabra del espíritu y que el hombre fue creado por Dios para ser llamado por Él. La persona y las realidades del universo configuran la vida de Dios que crea por amor y por eso deja al hombre libre, eso le lleva a comprender y responder a la llamada de Dios y le lleva a su encuentro. Dios no quiere un amor de esclavos, sino un amor que sea capaz de decirle “no”.

B.- Cuerpo, palabra del espíritu:

La idea expresada quiere un vínculo entre el cuerpo y el espíritu, un nexo, que no sea casualista. Formarse es ponerse en disposición de dar al propio ser la figura que le corresponde. El hombre abierto creativamente al mundo es un ser cultural.

C.- Caminando hacia una nueva época:

Asumiendo los logros del siglo XX, podemos orientar las energías humanas por las vías más fecundas. Guardini señala alguna de estas vías:
1) La nueva época no anulará la inteligencia humana;
2) Este conocimiento aliado no reduce el entorno a objetos dominables;
3) Hace falta una intuición para integrar la visión y el concepto;
4) Hay que tomar distancia de perspectiva.



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