BUSCA Y TALLA…
EL DIAMANTE QUE LLEVAS DENTRO
Iniciar
esta reflexión con un imperativo: Cuídate,
-e incluirla con osadía en el titulo de mi futuro libro-, seria baladí, sino es
porque el cuidado de si, la epimeleia griega, va a ser la columna
vertebral de todo el sistema nervioso y vital de nuestro estudio, al que
añadiremos algunos ensayos nuestros
que son adyacentes al susodicho texto. Desde sus comienzos, debe quedar claro
al lector que, en gran medida, los veneros de mi fuente provienen del reciente
libro, -que responde casi totalmente a su tesis doctoral-, de Rafael Gómez
Miranda, La Obediencia como ética de la
verdad: La relación sujeto-verdad a la
luz del pensamiento de Joseph Ratzinger y Michel Foucault, Ed. Manuscritos, Madrid 2016. y en concreto
al cap. X: "Obediencia, testimonio, sacramentalidad: una propuesta".
Miranda
era ya doctor en Filosofía por la Universidad
Complutense de Madrid, y ahora es profesor de la Universidad católica San Dámaso, y de la Pontificia Universidad de Salamanca. Dichosos los alumnos que hayan
tenido la suerte de tenerlo entre sus maestros: de seguro que no permanecerán
indiferentes. Hago notar al iniciado, que no he pasado a pie de página la
referencia a Miranda, sino que lo siento por derecho propio en la cátedra del
texto.
La
terrible y popular idea nieztsheana[2]
Dios ha muerto, -dice Heidegger-,
"significa que el mundo suprasensible ha perdido su fuerza efectiva. No procura vida". En
consecuencia, Narciso buscándose, -es decir persiguiendo ese deseo que le quema
por dentro y que tiene que ver con
su ser mas intimo- no reconoce su rostro y su nombre en ningún lugar. "La fuente le
devuelve siempre el mismo rostro, siempre idéntico a si mismo, pero a el le parece
siempre nuevo, porque le muestra siempre al mismo extranjero, es decir, siempre al mismo desconocido"[3].
A
pesar de todo, Narciso sigue buscándose, "busca el milagro de la conversión
de su propio ser, en un ser que pueda ver como otro lo ve. es el deseo de
amarse a si mismo como otro podría amarlo", a lo que el Papa añade:
"En la dureza del mundo tecnificado, donde los sentimientos ya no cuentan,
aumenta sin embargo, la espera de un amor salvífico[4]
que sea donado gratuitamente"[5].
Gran
tarea a vista de navegantes, Una tarea urgente que exige de todos, destruir
muros y construir puentes... hablar con
todos y de todo, como sugiere el papa leyendo a S. Agustín: "En los
platónicos aprendí que en el principio era la Palabra. Los cristianos me han
enseñado que la Palabra se hizo carne. Y de ese modo la Palabra ha venido
también a mi.[6]".
Claro mi carne se ha hecho también palabra para el mundo, y no puedo meterla en
la jaula -La fe para la sacristía, dirían los nihilistas agnósticos de hoy, y
el mismo Tierno cuando habla de la felicidad de pequeño formato del escéptico[7],
que vive sin tragedia teológica-, y dejarla muda y en silencio.
Hay
mucha tarea, una tarea que nos exige la inteligencia de la fe. Ya hace tiempo
que Schopenhauer nos dijo que para entrar en la Iglesia es necesario quitarse el sombrero, pero nunca la cabeza,
hay que buscar "una vía segura para salir del desierto y encontrar vías
que nos lleven a la tierra prometida.
Después se trata de tomar los frutos de aquella tierra, llevándolos a la
autoridad constituida para que aprecie
la bondad de las promesas de Dios"[8].
Añade
Sequeri que "La cuestión moderna de la fe, no es el lenguaje o la imagen de Dios; antes de todo,
el problema postmoderno es este: en un mundo donde el ente esta casi
enteramente manufacturado, y es idea del hombre -eidolon y eidos-, ¿cómo se
reconocen los divina mysteria de la
constitución y del rescate del mundo?"[9].
Viene a ser pues, una labor urgente desenmascarar los ídolos del hombre
post-moderno y su trágico baile de las mascaras, con cuya triste danza baila el
hombre liquido de nuestro tiempo;
liquido en su literatura; gaseoso en la vida, ¿Sera necesaria una
propuesta ética con la verdad, con el lugar y arte de vivir, y con la lucha
y sus heridas?[10].
Hasta que el hombre de hoy no sea capaz
de nombrar lo que le pasa, de beber
el cáliz que ha de beber, como su propio destino, no será capaz de crear una cultura como sistema de esperanzas. La ventisca y la
tormenta hacen el lecho del rio[11]; la luz viene y nace de la herida[12]. ¡Cuánto hablaron de ello Ángel Valente
y María Zambrano!
1. El hombre de corazón, y el hombre
descorazonado.
Desde
el punto de vista bíblico, el corazón (Leb), es el centro vital, unitario, y
orgánico de la persona, su intimidad
misma, su mismidad, donde se abrazan, a
un tiempo, su cuerpo y su alma, "es
el interior que escapa a toda mirada, pero es también el fondo ultimo de lo real, mas allá del cual no
se puede ir, y que sin duda no se alcanza sino tras haber atravesado todas las
capas superficiales, de las que la vanidad, la facilidad o el habito lo han
envuelto uno tras otro. Es el punto justo en que las cosas echan raíces, el
lugar de todos los orígenes, y de todos los nacimientos, la fuente y el hogar,
la intención y el sentido"[13].
"El
descubrimiento de la propia intimidad, es algo difícil y, una vez que se ha
encontrado, todavía hay que establecerse en ella.... las almas mas
comunes no atraviesan el umbral. Las mas
bajas huyen de el, e intentan envilecerlo... Quien supo penetrar en la
intimidad ya no acepta ser expulsado de allí. Para el, todo el prestigio de la
distracción y de la acción exterior quedan
abolidos[14]"
Al abrir el atrio de los gentiles. observando al hombre interior paulino[15] tomo de la mano al libro de Deuteronomio que siempre sacia mi hambre del camino: "Acuérdate de los días remotos, considera las edades pretéritas, ...interroga a tu padre que te lo cuente, a tus ancianos y te lo dirán, las maravillas que Dios hizo contigo". (Deut. 32,1-12). Ad casum quisiera yo considerar las edades pretéritas, e interrogar a esa cadena de padres y ancianos que leyeron, antes que yo, esos textos venerables paulinos que influyeron sobremanera en la espiritualidad de Oriente y Occidente. Esa interrogación sobre el sentido de los textos nos lleva necesariamente a considerar la historia de los efectos (Wirkungsgeschichte) de los mismos, y a administrar con honestidad la recepción estética (Rezeptionsästhetik) que de ellos hicieron algunos de los grandes nombres del pensamiento bíblico; y ampliando el horizonte: poetas y literatos, músicos y artistas, pintores y arquitectos, arqueólogos y otras religiones.
2. Recepción del lector e Historia de los efectos
La Estética de la recepción se desarrolla a partir de la Historia de la literatura. Es evidente que el lector juega gran importancia a la hora de la lectura. Un texto sin lectores no existe para la historia. Esta es la gran intuición de Jauss, subrayar el papel del lector a la hora de la interpretación del texto. El nombre técnico de Estética de la recepción (Rezeptionâsthetik), dado por Jauss a esta nueva perspectiva se justifica en su sentido general en cuanto que el énfasis en el estudio literario es trasladado de los autores y de los textos a la recepción y a la lectura de los mismos. Aquiíreside, a mi parecer, la gran novedad de Jauss: pierde importancia objetiva el texto, y se subraya la importancia del lector interprete; desde el texto se bascula hacia el lector y hacia la historia de los lectores, como si la historia de los lectores y su recepción fuese parte integrante del texto mismo y de su interpretación, en una cadena estética de sentido literario.
Considerar los días remotos... acordarse de las edades pretéritas... viene a ser un sumergirse agradecido en la propia historia personal, un canto festivo de los hechos que Dios nos ha regalado a lo largo de nuestra existencia. Justo por ello hay que interrogar al padre y al abuelo que nos lo cuente. Tener una memoria viva de los dones con los que Dios nos ha agraciado y, sobremanera nos ha bendecido, y de los efectos de esos dones (Wirkungsgeschichte), de esas gracias. de esas caricias de Dios, que nos hacen sentir seres acariciados, agraciados, con un lugar muy importante en el mundo, y dentro de la creación entera[16]. El lugar que yo ocupo en el mundo, es mío, no lo ocupa nadie nada más que yo; y en los planes de Dios para el orden cósmico[17], y para la felicidad humana, está que lo que yo tengo que hacer en el mundo, no lo puede hacer nadie nada más que yo; y que si no lo hago se quedará eternamente sin hacer. Si mi espalda huye de la carga que me corresponde -como ser humano en relación-, en la construcción del mundo, en el lugar y circunstancias de mi ser en el mundo, en el hic et nunc estoico, estoy contribuyendo a su destrucción, y al desorden cósmico.
Me permita el lector jugar con la metáfora de la mina para explicarme un poco mejor, y para realizar una captatio benevolentiae del que me lee, y de la que ya hablaba Arias Montano[18] en el Rethoricorum, el mejor tratado de retórica que se hizo en el Renacimiento. O dicho más popularmente: "Vale más una imagen que mil palabras". ¡Al galgo!
Si alguno no sabe donde hay una mina de Litio, será muy difícil que pueda explorarla, explotarla y, mucho menos, comercializarla. Conclusión muy simple: si no conoce el dónde, el cómo y el que de la mina de Litio y, además, desconoce el valor inmenso del litio, pues la mina se evapora, se convierte en quimera: ¡ya no existe! Algo asi sucede en el ser humano cuando no se conoce a si mismo. Los clásicos, que sabían de todo esto más que nosotros, nos dejaron dos ideas de oro para la antropología humanista: El uno, Sócrates con su célebre "Conócete a ti mismo" (Nosce te ipsum); el otro, Séneca: "Todo hombre lleva un diamante dentro; lo que importa es que sepa tallarlo". Pero el conocimiento del diamante que llevamos dentro proviene de una mina inagotable que se fragua en la literatura oriental y bíblica en la subida del rey David al trono, exactamente en el año 1010 a.C. que es la primera fecha segura que tenemos en el mundo bíblico. Las escuelas rabínicas de David y de Salomón, (Siglo X. a.C.) que querían y amaban interrogar a sus abuelos por las maravillas que Dios había hecho con ellos, nos transmitieron una gran certeza, una antropología teológica irrevocable: El hombre (a-d-a-m) es Imagen y Semejanza de Dios. y todo los hijos de Adam son divinos porque son…¡ imagen y semejanza de Dios! Notemos bien y no olvidemos, que estamos mil años antes de la encarnación del Hijo de Dios, por tanto esa antropología teológica es valida para cualquier ser humano, sea de la religión que sea; inclusive para los que sean teístas, antiteístas o nihilistas que son los disfraces mas frecuentes del carnaval gaseoso postmoderno[19].
En esta certeza radical estriba la inmensa obra de Guardini -traducido a más de 50 lenguas-, y de toda su antropología que llenaba las aulas de Munich con oyentes de todas las religiones. Cuento una anécdota quasifamiliar. Un día un catedrático de matemáticas chino estaba sentado en el suelo de los dos pasillos laterales del Aula Magna donde enseñaba Guardini, abarrotados en el suelo de estudiantes que no encontraban sitio dentro del aula. Un periodista que trabajaba para la televisión alemana, iba repitiendo una cantinela preguntando a los estudiantes: ¿Por qué viene ud. a escuchar a Guardini? Y el chino contesto: "Porque es un hombre que me hace cada día más libre. Me enseña a ahondar en mi mismo". Al día siguiente, la televisión y varios periódicos alemanes se hacían eco de la noticia. y cosa muy curiosa: ¡Todavía está la mitad de las obras de Guardini sin traducción castellana! Y muchas de las traducciones castellanas que ya existen dejan mucho que desear. Traducir el alemán de Guardini es muy difícil, porque es un verdadero creador de lenguaje. El libro de Guardini Quien no conoce a Dios, no conoce al hombre[20], fue devorado por la juventud europea del último tercio del s. XX, y bebe de un fecundo manadero, y de una absoluta certeza: ¡El hombre es divino porque es Imagen y Semejanza de Dios! Con enorme pena tengo que decir, que la frecuente habitud de muchos profesores españoles de literatura y, lo que es peor, de religión, enseñen a los niños y a los jóvenes que los relatos de la Creación del Génesis del s. X a.C. son meramente "cuentos y fábulas" que no hay que creer. El paralelismo antitético es obvio: Los niños hebreos, a los cinco años, ya saben de memoria los 3 capítulos primeros de la Biblia porque son los textos sagrados que sostienen toda su existencia. ¡Los he visto con emoción muchas veces durante el año que viví en Jerusalén terminando mi Tesis doctoral!
Toda esta tradición monoteísta de nuestros hermanos hebreos, como les llamó el Concilio Vaticano II, viene precedida en la historia de la humanidad, por un periodo amplio de monolatría, es decir: Yo doy culto a un solo Dios, mientras otras tribus y otros pueblos dan culto a otros dioses. El Panteón de dioses de las grandes culturas que conocemos -Mesopotamia, Egipto, Gracia y Roma- era su forma y modo de relacionarse con la divinidad, que encarnaban en sus diversas actividades: Un Dios para las cosechas, un Dios para la siembra, un Dios para la medicina; un dios para las parideras tanto animales como humanas; un dios para el vino, una diosa para los cereales, otra para la fecundidad y un largo etc. ¿Es extraño, entonces, el logion del Imperio Romano que nos dejó Terencio: "Sin Ceres, ni Baco, Cupido se enfría" jejej. Si la locución lingüística la popularizamos, diríamos simplemente algo que todo el mundo entiende, aunque no sepa leer ni escribir: "Sin pan, ni vino, el amor se enfría".
Sería largo de explicar, aquí y ahora, un tema que suele tener 10 horas lectivas, en la asignatura de Introducción a la Sagrada Escritura: Explicar con honestidad el paso de la monolatría al monoteísmo y los rastros que han dejado -en la Biblia, en la literatura targúmica, en la gnóstica, y en la intertestamentaria-, esos esponsales. Es una larga historia de al menos quince siglos. Pero lo que si podemos afirmar con bastante seguridad, -con la inmensa riqueza que nos va aportando la arqueología-, es que a partir del s. X, del reinado del rey David (1010), hasta el 931 a.C. que muere su hijo Salomón, que es cuando se divide el reino del Norte y el reino del Sur, -y que continua dividido hasta nuestros días (Palestina y Judea)-, repito, en está época, es cuando está consolidado el monoteísmo en Israel; Nunca más existe monolatría en el pueblo judío. Nunca más habrá Baales ("señores", "ídolos") que adorar y servir. Nunca más los hombres harán dioses para sus cosechas o parideras. Ya el hombre no jugará jamás a ser dios ni como dios. porque Dios es: "El Único Señor y El Único Dios", y ese único Dios es el que ha hecho al hombre a su imagen y semejanza (Génesis 1-3). La rica liturgia musical judía estará ya centrada en repetir continuamente el Shemâ que canta la unicidad de Dios. Por tanto el hombre es divino porque lleva dentro la imagen de Dios, y toda su vida es semejanza de Dios, y parece como un Dios, se asemeja a Dios. Y ese parecido, esa semejanza, será en Cristo una nueva creación, en la cual ya el hombre no es sólo imagen y semejanza de Dios -que lo es siempre-, sino mucho más: su Hijo. Esta era la idea central de toda la antropología paulina: Unir la idea central del Génesis, del hombre como imagen y semejanza de Dios -que era muy familiar para los judíos que se convertían al cristianismo- con la nueva creación en Cristo que nos hace ¡Hijos de Dios! (Relean Romanos cap. 8). Y es muy interesante recordar, que esta antropología paulina neotestamentaria se hace para anunciar a Jesucristo, a hombres muy cultos, justo por eso es muy difícil el griego del Corpus paulinum, porque se alimenta de los dos grandes veneros del siglo primero d.C., la literatura judía y la literatura de los clásicos griegos[21], veinticinco años antes de escribirse los evangelios. A Pablo sólo le interesa contestar una pregunta radical: ¿Quién es Dios para el hombre y quién es el hombre para Dios?
Pero el hombre liquido
postmoderno no quiere interrogar a sus ancianos, no quiere el metarelato de sus
padres. No quiere memoria, no quiere historia anterior a 1812. Y mucho menos
mirar de frente honestamente al Medioevo o a los clásicos griegos y latinos,
que justamente el Medioevo nos ha transmitido. Baste pensar que sin la Escuela de traductores de Toledo y la Escuela de Córdoba hoy la humanidad no
conocería nada de los grandes pensadores griegos y latinos: y, lo peor de todo,
se cargaría de un plumazo diez siglos de la historia de la humanidad (S. V
a.C. - S.V d.C.).
El postmoderno rehuye hundir sus espaldas en la arena fecunda del siglo de oro. Al romper con sus raíces se queda sumergido en un nihilismo desesperado y desesperante, sin timón ni timonel[22], incapaz de entenderse a si mismo y de reconocer las maravillas de Dios en sus abuelos. Es muy cierto que quien no conoce a Dios no conoce al hombre[23], empezando por si mismo y sus mas intimas raíces, que no es otra cosa que su mismidad y su propio misterio de temblar ante la vida.
Podemos considerar con D. Bell que "Nuestro tiempo. el hoy de la historia, ha dejado de ser presente -abierto por sus dos extremos y, por ello, sanamente relativo- para pasar a ser presente absoluto[24] simultaneo, inmediato,, mero orgasmos-: tiempo sin historia, sin proyecto, sin mañana; exceso de lo inmediato, de lo idéntico; eliminación de la diferencia. Eclipse del valor de la distancia; de la distancia psíquica, de la distancia social,. también de la distancia estética[25]".
En cambio, hemos de afirmar que el diamante que llevo dentro no lo lleva nadie, que lo que yo soy no lo es nadie; lo que fueron mis ancianos y los huesos de mis padres no lo fue nadie mas que ellos y no lo sabe nadie mejor que ellos. Como Dios me ha acariciado a mi, no ha acariciado a nadie, como ha tocado mi cuello no se lo puede imaginar nadie, como me ha besado a mi no ha besado a nadie. Y lo mas importante, no se cansa nunca de besarme. Y es que como besa Dios no besa nadie. Justo por ello, cuando un hombre ha experimentado como besa Dios todo le resulta amable, y entonces es cuando está mas preparado para abrazar y besar al mundo entero. Nada influye mas en este mundo sobre los hijos de Adan que los besos de su madre. Y que pena mas honda resulta el hombre que no lo ha besado nadie. Siempre me resultó emocionante la celebre expresión de S. Agustín: "Aquel que nunca tuvo un amigo, nada le parecerá amable". La desesperanza y la desesperación brotan siempre en los campos que nunca fueron besados, porque nunca fueron agraciados por nadie, y porque las mas de las veces estaban clausurados y tetanizados en la burbuja de su propia divinización, arrojando a Dios hacia las afueras de lo mejor de sus vidas.
Concuerdo ahora con el Cardenal Sebastián, cuando intenta equilibrar el laicismo hispánico en el contexto de la Europa postmoderna: "En la cultura actual nos olvidamos fácilmente de que somos criaturas de un ser Infinito y creador al que llamamos Dios. Vivimos con la ilusión de ser creadores y dueños absolutos de nuestra vida. esta presunción nos lleva a olvidarnos de la creación y del Dios Creador. De este olvido nace y proviene la indiferencia religiosa y la falsa conciencia de una libertad radical y creadora de nuestra vida. El hombre técnico vive encerrado en la burbuja de su propia divinización"[26].
A la postre, en cambio, conviene sumergirnos en la redacción lucana del Hijo prodigo que esta muy cuidada, -no en vano Lucas, el mas culto de los cuatro evangelistas tiene mas de 900 lexemas originales que no cuentan en los demás evangelios- pues Lucas fue discípulo predilecto del mas grande apóstol del Mediterráneo, San Pablo, y eso se le nota. Ahora nos narra una historia, la historia de Dios con su hijo, y es que a Dios le gustan las historias[27]. El centro semántico de esta historia quiere contarnos como es el corazón de Dios, y lo hace con cinco verbos; es la única vez en toda la Biblia, que cuelgan cinco verbos de un solo sujeto: Lo miró...se commovió en sus entrañas,... echó a correr...le echó los brazos al cuello... y se lo comió a besos (Lc 15,20) El ultimo verbo lucano del Hijo Prodigo, se lo comió a besos, es katafileô, -que no significa lo besó, como anotan algunas traducciones castellanas-; si quisiera afirmar un beso puntual en aoristo el textus receptus usaría simplemente fileo, en cambio aquí tenemos katafileo, que indica una acción reiterada con el kata, y dicho lexema verbal significa besar y besar, no cansarse de besarme, y eso en buen castellano es comérselo a besos; como el novio a la novia, como la mamá al bebe... se comen a besos. Y es obvio anotar, pero necesario recordarlo, que no existen dos besos iguales entre los enamorados y en el ejercicio de la maternidad. Cada beso es siempre único y el corazón late de diversa forma; y la piel se eriza de distinta manera; y la distancia física se administra de modo distinto; y el juego de los dedos no danzan hogaño como antaño; y la ternura de los besos del anciano no puede estar presente en la pasión desmemoriada del adolescente; ni las hormonas danzan al mismo ritmo en la bella y santa pasión erptica... Si, santa, sin ambages, porque de esa pasión nace el misterio de la vida, justo desde ahí hemos nacido todos. Contemplar la ternura con que se besan dos ancianos[28] es un espectáculo indescriptible, como lo es como se come una madre a su hijo mientras mama, como lo es el primer beso de dos enamorados...¿Quién puede olvidar el primer beso? ¡No existe una experiencia estética de tal calibre en la creación entera, hasta que no estalle el universo!
La historia de los efectos del amor de Dios en mi historia personal e intransferible, no los tiene nadie, son únicos. Y aterrizando, aquí y ahora, el lugar que quiere Dios para mi en el mundo no lo ocupa nadie mas que yo. En el plan de Dios sobre el mundo hay una parte reservada para mi: El, echando su brazos a mi cuello, como el que te va a confiar su mas intimo secreto, me ha confiado la administración de esa parte del mundo, y si no lo hago se quedará eternamente sin hacer. Los efectos, los resultados de esa administración dependen solo de mi. Es algo así, como el enamorado que entrega una joya a su amante advirtiéndole: ¡Guárdamela bien... no la vayas a perder! Mejor aun escuchar un desafío: ¿Cómo administras, como gestionas tu, esa parte del mundo que Dios te ha confiado? Quizás nos puede ayudar en la respuesta una historia de la india, también ella es parte de la Historia de los efectos.
¿Quién es mas sabio? Dos hombres entraron en un huerto de frutales. Uno comenzó de inmediato a contar los arboles, a estimar y calcular el producto de cada árbol, a ponderar el valor del huerto entero. En cambio, su compañero se dio a conocer al dueño del huerto, se sentó con su permiso bajo un árbol y estuvo escogiendo y saboreando fruta a placer. ¿Quién fue, pues, el mas sabio?
¡Comeos los frutos! Van a saciar vuestra hambre. ¿Para que plantear cálculos inútiles? El arrogante erudito se pierde en inútiles consideraciones y polémicass sobre Dios. El humilde conocedor de Dios que ha recibido su gracia, disfruta en este mundo de una dicha insospechada. (Sri Ramakrishna)[29].
Esta historia de la tradición india, que pertenece a la historia de los efectos de la búsqueda la divinidad, representan dos tipos de personas que van por el camino espiritual. El uno le da vueltas a consideraciones y presupuestos; se pregunta qué aporta la vida espiritual y se dedica a hacer teorías sobre Dios. El otro sentado bajo el árbol saborea todo tipo de frutas. Es humilde, se sienta en el suelo y sabe disfrutar de los dones que Dios le otorga; esta abierto a la gracia de Dios, mientras que el otro teoriza sobre la gracia pero nunca la experimenta. Quien con sencillez saborea los dones de Dios en este mundo, disfruta de una dicha insospechada en la visitación de Dios
La confortable afirmación lucana: "Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de los alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar
nuestros pasos por el camino de la paz"[30]
nos va a acompañar, "nos visitara el sol que nace de lo alto para guiar nuestros
pasos"; de este inmenso clavo me agarro ahora. El texto lucano nos sirve de asidero, porque en verdad ocurre una
verdadera visitación para iluminar nuestros pasos, al acoger en nuestro ensayo
la visita de varios huéspedes que caminan desde Erasmo de Rotterdam hasta
Rilke. Damos por tanto pacíficamente por convenido, que no son todos los que
están, ni están todos los que son, Valgan algunos ejemplos paradigmáticos.
¡Al galgo! Valga también esta introducción.
Seguiremos hablando
[1] BRAGUE, Rémi., Au moyen du Moyen Âge: Philosophies
médiévales en chrétienté, judaïsme et Islam, Ed. Flammarion, Paris 2008, 404.
[2] M. HEIDEGGER,
Caminos del bosque, 162.
[3] L. LAVELLE, El error de Narciso...11.
[4] R. GOMEZ
MIRANDA, Mirar amando: Pinceladas
teológicas, Madrid 2020, 211: "Jesús mira y narra el instante
decisivo. El es el instante decisivo, privilegiado, inesperado, irrepetible en su
inconmensurabilidad. Acontecer del acontecimiento mas deseado y, al mismo
tiempo, indeducible:
¡Béseme con los besos de su boca! Para estar presente al instante decisivo, es necesaria la distancia, ese mirar suplicante del indigente, del pobre, del vulnerable. Del niño".
[5] BENEDICTO
XVI, "Intervista sulla questione della giustificazione per la fede",
129.
[6] BENEDICTO
XVI,, Ultimas conversaciones, 141.
[7] E. TIERNO
GALVAN, ¿Que es ser agnostico?, Madrid 1985, 15-18.
[8] R. SALA, L`umano possibile, 21.
[9] P. SEQUERI, Rittrattazione
del simbólico, 53-54.
[10] A. MORENO GARCIA, Minotauro de encina. Una gramática
de antropología estética, Roma-Badajoz
2005, 117:
Orfandad esencial,/
a la hora de apurar mi
historia /
que al asomarse /a su
confín tiembla.
Esta poesía, dedicada a
Jorge L. Borges, lleva en su frontispicio este texto del poeta: "En mi se
anudan los caminos de piedra ¿De que puedo quejarme? En los atardeceres
me pesa un poco la cabeza de toro". ¿Tendrá esto algo que ver con
el Minotauro de encina?
[11] Ibid. o.
c. 127:
Sin la tormenta, el
agua mansa de la fuente/ estaría perdida / buscando un lecho para ser rio/...Sin
la tormenta, no se perciben los fulgores /
del mundo interior / y el agua se moriría.....Sin la cárcel de estos hierros / no
desearía morir / como don porque no muero.
Heridas que le hacen humano, /
que le regalan lo que
menos espera
inundándolo de
esperanza.
heridas de guerrero,
/abiertas por la luna /
sembradas por el
viento,
Heridas por fuera /
heridas por dentro/
heridas que germinan
/ siempre / en un uno por ciento.
[13] L. LAVELLE, El error Narciso, 24-25.
[14] Ibid.
o.c. 25.
[15] 2Cor 4,16; Rom 7,22; Ef. 3,16-17.
[16] A. MORENO GARCIA, "Humanismo en la Estética de la recepción (Rezeptionsästhetik). Un ejemplo bíblico (2Cor 12, 1-10)", Anthologica Annua, Miscelánea al Prof. José L. Glez. Novalín, Roma. 61 (2014) 439-464. ISSN 0074-0160,
[17] F. RICO…
[18] Rethoricorum
Libri Quatvor
[19] Mascaras de Mª
Zambrano…¡¡
[20] Cfr. nuestro estudio: A. MORENO GARCIA, "Sólo quien conoce a Dios conoce al hombre: Romano Guardini", Anales Valentinos NS. 11 (2019) 183-197.
[21] Nota literatura targúmica y estoica. Interpretaciones falsas de s. Pablo.
[22] Es impresionante el salmo de Habacuc que reza con frecuencia la liturgia romana: "Aunque la higuera no eche yemas, y el olivo olvide su aceituna, aunque no haya vacas en los establos...", ni paridas ni parideras cfr. A. MORENO GARCIA, "Un humanista extremeño: Francisco Patricio de Berguizas y el Salmo de Habacuc (1759-1810)", Revista de Estudios Extremeños 74 (2019) 145-170.
[23] Cfr. nuestro estudio: A. MORENO GARCIA,
"Sólo quien conoce a Dios conoce al hombre: Romano Guardini", Anales Valentinos NS. 11 (2019) 183-197.
[24] A. TABUCCHI, "Vivimos el presente absoluto", El Pais, 16/03/2010
[25] D. BELL, Las
contradicciones culturales del capitalismo,
Ed. Alianza, Madrid 2015, 57.
Cfr. Card. F. SEBASTIAN AGUILAR, Claridad y firmeza: Transmitir la fe hoy en España, Ed. Claretianas, Madrid 2019. 7: "Es muy fácil señalar los defectos de la sociedad que existe y soñar con otra sociedad sin defectos, simplemente porque no existe. Lo que no existe no tiene defectos, pero tampoco bienes. Lo sensato y razonable seria reconocer nuestros defectos y tratar de corregirlos, sin negarnos a nosotros mismos".
[26] Card. F.
SEBASTIAN AGUILAR, op. cit. 23.
[27] Reciente de
pocos días, recién salido del horno, la traducción castellana de la interesante
obra del investigador alemán que recomiendo vivamente a mis lectores: Anselm
GRÜN, El camino hacia mi corazón: Relatos
de las grandes religiones, Ed. Mensajero, Bilbao 2021, 8-10: "A Dios
le gustan las historias y Jesús, narrador de historias".
El Original es muy reciente también, apenas lo tocamos con los dedos: Der Weg ins eigene Herz. Wie Leben gelingt - Geschichten aus den Weltreligionen, Ed. Herder, Freiburg i. B. 2020.
[28] Mª SALDAÑA, Cuidar: Relato de una aventura, Ed. PPC,
Madrid 2019. 9: Una cuidadora de ancianos nos presenta su experiencia bella y
concreta de la ternura de una anciana: "Un dia te pregunte que es la
elegancia, y me contestaste. "Una persona elegante es alguien que quiere
pasar inadvertido y, a pesar de todo, atrae todas las miradas". ¡Eso es lo
que te ha pasado a ti! Tu atraes las miradas incluso hoy, y seguramente a tu
pesar. Déjame hablar un poco de tu elegancia; te prometo no exagerar".
[29] A. GRÜN, El camino hacia mi corazón: Relatos de las grandes religiones, Ed. Mensajero, Bilbao 2021, 177-178.
[30] Lc. 1,68-79.